FAO y el PMA

FAO y el PMA visitan Sudán del Sur, amenazado por la hambruna

Todas las partes implicadas en el conflicto de Sudán del Sur deben poner fin a la violencia y trabajar de forma conjunta para garantizar que los alimentos y otra ayuda de carácter vital llegue a la población y se puede poner fin a la hambruna y al hambre severa, advirtieron hoy los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

José Graziano da Silva, Director General de la FAO, y David Beasley, Director Ejecutivo del PMA, realizaron este llamamiento durante su visita al estado de Unity, una de las zonas del Sudán del Sur más castigadas por la actual situación de inseguridad alimentaria.

Alrededor de 5,5 millones de personas en Sudán del Sur -casi la mitad de la población- se enfrentan al hambre severa, sin saber de dónde vendrá su próxima comida ya antes de la temporada de carestía, que alcanza su punto álgido en julio. De éstas, cerca de un millón están al borde del hambruna.

Aquí se incluye a más de 90 000 sudaneses del sur que se enfrentan a la inanición, ya que en partes del antiguo estado de Unity se ha declarado ya la hambruna.  Esta situación sin precedentes es reflejo del impacto de los enfrentamientos en curso, los obstáculos para la prestación de ayuda humanitaria y la disminución de la producción agrícola.

La respuesta inmediata es crítica

Graziano da Silva y Beasley subrayaron que es fundamental dar una respuesta inmediata y a gran escala, combinando la ayuda alimentaria de emergencia y el apoyo a la agricultura, la ganadería y la pesca.

“A pesar de estas terribles condiciones, aún no es demasiado tarde para evitar que mueran más personas. Aún podemos evitar un agravamiento del desastre, pero los combates tienen que parar ya. No puede haber progreso sin paz. La población debe tener acceso inmediato a los alimentos, y los agricultores contar con la posibilidad de trabajar en los campos y cuidar su ganado”, dijo Graziano da Silva.

En el antiguo estado de Unity, Graziano da Silva y Beasley visitaron diversos lugares que están siendo apoyados por sus dos organismos para afrontar la crisis. Se reunieron con los habitantes que se enfrentan a la hambruna en la remota isla de Kok, en el río Nilo, donde muchos de ellos han buscado refugio huyendo de los enfrentamientos.

Fueron testigos de cómo los aviones del PMA lanzaban alimentos para salvar las vidas de decenas de miles de personas en Ganyiel, donde la distribución regular de ayuda humanitaria ha mantenido a raya la hambruna. Los dos responsables de la ONU pudieron ver a trabajadores humanitarios de organizaciones internacionales y locales que distribuían los alimentos y ayuda nutricional del PMA, así como semillas y aparejos de pesca de la FAO.

“Los alimentos, los tratamientos para los niños malnutridos, el material que ayuda a la gente a pescar y cultivar hortalizas, suponen la diferencia entre la vida y la muerte de la gente que encontramos en el estado de Unity”, señaló Beasley. “Pero no podemos seguir aumentando esta ayuda para siempre. Los combates deben terminar para realizar el tipo de inversiones que den a los niños de Sudán del Sur esperanza para el futuro que se merecen”.

En Rumbek, en el antiguo estado de los Lagos, Graziano da Silva y Beasley se reunieron con distintas familias, y fueron testigos de primera mano de cómo tratan de hacer frente a la crisis.

Si bien la situación en Rumbek no es tan grave como en otras partes del país, el hambre y la malnutrición son una grave preocupación. Los dos dirigentes de la ONU visitaron un proyecto de la FAO que pretende ofrecer a las campesinas y ganaderas un lugar para procesar la leche en condiciones de inocuidad para sus familias y para la venta. También supone un espacio para la formación comunitaria.

Con el aumento inexorable de los niveles de malnutrición en todo el país, el proyecto es una forma innovadora de incrementar la disponibilidad de leche y productos lácteos inocuos y de calidad, que son un importante aporte alimentario para la población y una fuente de vitaminas y minerales para una dieta saludable.

Los retrasos en la financiación cuestan vidas

Graziano da Silva y Beasley subrayaron la necesidad de que la comunidad internacional apoye aún más los esfuerzos humanitarios en Sudán del Sur. Se necesita financiación adicional para la distribución de alimentos y la mejora de la nutrición, atención sanitaria, agua y saneamiento, proporcionando insumos agrícolas, incluidas semillas, aparejos de pesca y vacunación del ganado.

En total, la FAO y el PMA se enfrentan a un déficit de financiación de unos 182 millones de dólares EEUU para los próximos seis meses y se esfuerzan por recaudar fondos para hacer frente a las crecientes necesidades en varias crisis en el mundo. “Los donantes han apoyado Sudán del Sur durante muchos años”, recordó Beasley. “El PMA –añadió- seguirá apoyando a la población de Sudán del Sur en este momento de necesidad. Pero el tiempo apremia, con tantas crisis en el mundo exigiendo atención y apoyo. Los líderes de Sudán del Sur deben demostrar buena fe, facilitando los esfuerzos humanitarios, incluyendo la eliminación de tasas y procedimientos innecesarios que retrasan y obstaculizan la ayuda“.

El PMA tiene como objetivo ayudar al menos a 4,1 millones de personas este año en Sudán del Sur, incluyendo alimentos de carácter vital para la población en áreas remotas que de otra manera no tendrían prácticamente nada para comer, ya que se encuentran aislados por los combates. El PMA ofrece tratamientos especiales que ayudan a las madres y niños pequeños a evitar la malnutrición. También ofrece ayuda con dinero en efectivo para que la gente pueda comprar sus propios alimentos en las zonas del país donde se encuentran en las tiendas, pero cuyos precios se han disparado tanto que las personas más pobres no cuentan con lo suficiente para alimentar a sus familias.

“Salvaguardar los medios de subsistencia también salva vidas”, aseguró por su parte Graziano da Silva. “Sudán del Sur alberga un gran potencial: tiene tierra, agua y personas valerosas. Si lograr también tener paz, podremos trabajar de forma conjunta para acabar con el hambre”.

Hasta ahora, 2,9 millones de personas se han beneficiado de ayuda de la FAO para medios de subsistencia durante la temporada seca y el organismo de la ONU distribuye ahora semillas de cultivos y organiza ferias de semillas que beneficiarán hasta 2,1 millones de personas al final de la temporada principal de siembra. Hasta la fecha, casi 200 000 personas han recibido material para el cultivo de hortalizas y para la pesca tan solo en el estado de Unity, amenazado por la hambruna.

Además, una campaña de vacunación ha tratado a 1,8 millones de cabezas de ganado contra las enfermedades en lo que va de año, y se llegará hasta 6 millones de animales a finales de 2017. La FAO está igualmente intensificando la distribución de aparejos de pesca en las zonas pantanosas más expuestas a la hambruna, en las  la gente necesita una fuente de alimentos de forma desesperada.

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