La Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (COPECO) declaró en las últimas horas una “Alerta Roja” indefinida en siete de los 18 departamentos del país debido a los persistentes altos niveles de contaminación atmosférica.
Esta medida se tomó en respuesta a múltiples casos de problemas de salud en la población, así como a la mala calidad del aire provocada por una densa capa de humo, altas temperaturas, incendios forestales y la falta de lluvias.
El departamento de Olancho está especialmente afectado, por lo que COPECO decidió elevar la Alerta Roja en esta región. Los departamentos de Atlántida, Colón, Francisco Morazán, Comayagua, Cortés y Yoro también estarán bajo este nivel máximo de alerta.
Además, se informó oficialmente que nueve departamentos permanecerán en Alerta Amarilla de manera indefinida. Estos son: Copán, Ocotepeque, Lempira, Intibucá, La Paz, Valle, Choluteca, El Paraíso y Santa Bárbara. Por otro lado, los departamentos de Islas de la Bahía y Gracias a Dios seguirán en Alerta Verde.
Estas medidas se han implementado debido a los efectos negativos de la contaminación en la salud, especialmente en niños, personas mayores y aquellos con enfermedades preexistentes. Es crucial mantener las medidas preventivas, según la advertencia de Copeco.
Los tres niveles de alerta entraron en vigor a partir de la 1:00 de la tarde del jueves 16 de mayo, y se mantendrán por tiempo indefinido. COPECO continuará monitoreando la situación y la salud de la población hondureña, así como implementando las medidas preventivas necesarias para proteger la salud y la vida de las personas.
Alerta de Salud
La Secretaría de Salud (SESAL) emitió una alerta sanitaria ante la creciente amenaza provocada por una densa capa de humo que afecta varias regiones del país, con especial incidencia en Tegucigalpa, capital de Honduras, y sus alrededores.
Esta alerta, resalta que la presencia de humo, originada por una cuña de alta presión atmosférica, está exacerbando la concentración de material particulado (PM 2.5 y PM 10) en el aire, proveniente de diversas fuentes como incendios forestales, quemas agrícolas y actividades industriales, entre otras.
Se advierte que esta contaminación ambiental, agravada por el cambio climático, aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias, cardíacas y golpes de calor.