Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), BID Invest y BID Lab reveló que un 62 por ciento de los representantes de las principales instituciones y entidades vinculadas al ámbito digital en América Latina y el Caribe considera que la brecha digital de género es un problema en sus respectivos países, y que la baja participación de las mujeres en los procesos de transformación digital es un reto por la falta de habilidades y competencias necesarias.
Por ser un desafío de desarrollo relevante para la región, los gobiernos de la región necesitan implementar políticas públicas específicas para reducir la brecha de género en la transformación digital empresarial, de acuerdo con encuestas inéditas y análisis de investigaciones recientes contenidas en el estudio “La dimensión de género en la transformación digital empresarial de América Latina y el Caribe”.
La encuesta reveló que la participación de las mujeres en los procesos de transformación digital en las organizaciones fue de menos de 50 por ciento en aproximadamente la mitad de las organizaciones encuestadas, las que señalaron la falta de habilidades y competencias digitales necesarias como una de las razones principales.
El estudio mapea las principales brechas de género en los procesos de digitalización de las empresas y señala que los gobiernos pueden ayudar a resolver este problema a través de políticas públicas que aumenten el acceso y el uso de tecnologías digitales por parte de las mujeres y reduzcan las brechas relacionadas a la participación femenina en empleos digitales.
“Queremos que los procesos de transformación digital sean guiados por políticas públicas fuertes que promuevan una mayor inclusión de género pues eso ayudará a que nuestra región acelere su crecimiento y promueva el desarrollo equitativo y justo’’, indicó Jessica Bedoya, Jefa de Gabinete y Oficial Principal de Estrategia en el BID.
“Este estudio ofrece una hoja de ruta para que los gobiernos incorporen la equidad en sus agendas digitales y refuerza el compromiso establecido en la Visión 2025 del Grupo BID de promover la equidad de género y avanzar en la transformación digital de la región.”
Actualmente dos tercios de los países de América Latina y el Caribe no contemplan la dimensión de género en los pilares transversales a la hora de diseñar políticas públicas eficientes en transformación digital empresarial.
Cuestionados sobre las principales barreras a las que se enfrentan las mujeres emprendedoras del ámbito digital, la mayoría de los encuestados y encuestadas (73,6 por ciento) señala el acceso a financiamiento. Se han investigado las causas por las que las mujeres no emprenden más en el ámbito digital y la más común es la elevada carga y las responsabilidades familiares que asumen las mujeres (70 por ciento). Además, una amplia mayoría de las personas entrevistadas (80,2 por ciento) considera que la inversión en negocios digitales propiedad de mujeres es inferior a la que obtienen los negocios cuyos propietarios son hombres.
Los datos de la encuesta se basan en las respuestas de agentes que lideran las agendas de transformación digital en 20 países de América Latina y el Caribe y en el análisis de las políticas públicas digitales de 27 países de la región. En total, se han recibido 416 respuestas al cuestionario general de la encuesta entre octubre y noviembre de 2021.
Otras brechas de género
En términos de acceso, en más de la mitad de los países de la región el porcentaje de hombres que accede a internet es superior al de mujeres. En el caso de la conectividad móvil, el 70 por ciento de los países cuenta con porcentajes de usuarios masculinos superiores al de femeninos. Los principales factores que contribuyen a la brecha de acceso desde el lado de la demanda son el nivel educativo, la presencia de hijos/as en el hogar, el empleo y las condiciones socioeconómicas. Desde el lado de la oferta el principal factor es la falta de asequibilidad de los servicios de telecomunicaciones y de los dispositivos de acceso.
El estudio también indica que las mujeres cuentan con menor formación en tecnologías digitales y confían menos en sus habilidades digitales tecnológicas, lo que las lleva a hacer un uso más limitado de dichas tecnologías.
En términos de brecha de género en empleos digitales, el estudio alerta que este problema se está agudizando con el paso del tiempo, especialmente por causa de los altos niveles de informalidad laboral en la región y de los impactos de la pandemia del COVID-19 sobre los niveles femeninos. Las mujeres representan 32 por ciento de los empleados en el sector de información y comunicación en la región.
Por último, el estudio señala que la limitada participación de las mujeres en la transformación digital también es afectada por sesgos comportamentales de las propias mujeres y del sector digital, que es dominado por hombres, además de la limitada participación de las mujeres en los puestos de decisión en las empresas.
Recomendaciones de política pública
El estudio recomienda diversos tipos de política pública para impulsar la participación femenina en el ámbito digital. En términos generales, las recomendaciones apuntan a la necesidad de cambiar la cultura a través de campañas de sensibilización y educación temprana igualitaria en disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) y fomentar una cultura de la autocapacitación y capacitación continua en tecnologías digitales.
Para el sector público, el estudio recomienda acelerar el despliegue de infraestructuras digitales y reducir la brecha de género en capacidades digitales, especialmente en las zonas rurales. También recomienda fomentar las vocaciones digitales entre las mujeres y concientizar al sector privado sobre la enorme pérdida de valor que supone el no contar con el talento femenino en el proceso de transformación digital empresarial.
El estudio sugiere que los países promuevan cambios legislativos para que las cargas familiares se distribuyan de forma más equitativa entre las personas responsables de los hogares y que, a la hora de financiar proyectos de emprendimiento mediante convocatorias públicas, los gobiernos hagan un esfuerzo de considerar el mismo número de propuestas de hombres y mujeres.
Para el sector privado, la publicación recomienda que las empresas desarrollen políticas de igualdad de género y utilicen las analíticas de datos para diseñar políticas de igualdad. En términos de contratación, las empresas deben garantizar que la candidatura a ciertos puestos en la organización sea equitativa y utilizar currículos ciegos, sin referencia al género de la persona que es candidata.
Para aumentar las oportunidades de carrera para las mujeres, las empresas deben considerar la implementación de mecanismos de trabajo flexible o híbridos, la creación de programas de mentoría para incentivar más mujeres a desarrollar sus capacidades digitales y la adopción de medidas de upskilling y reskilling para facilitar la actualización y reconversión de las habilidades digitales de las mismas.
Finalmente, el estudio recomienda crear fondos o programas específicos para facilitar el acceso al financiamiento a mujeres emprendedoras. Estos programas deben ser diseñados de modo que puedan mitigar el posible efecto indeseado de dejar a estas mujeres fuera de los circuitos normales de acceso a financiamiento.