Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Nicaragua, Daniel Ortega, han exhortado a El Salvador a adherirse al Tratado Integracionista del Bicentenario, que debe ser ratificado por el Congreso Nacional y generará múltiples beneficios económicos, de empleos, sociales, de paz y seguridad en el Golfo de Fonseca y el Océano Pacífico.
Dichos beneficios abarcan la generación de empleos, oportunidades económicas para las micro, pequeñas y grandes empresas nacionales e internacionales, el desarrollo de la pesca en zonas de ejercicio soberano, tanto en el golfo como en el Pacífico, y proyectos de desarrollo nacional y regional que favorecerán a la población costera, entre muchos otros.
Además, se generarán oportunidades de desarrollo de infraestructura como un futuro puerto en Amapala y un puente entre la Isla del Tigre y Coyolito, en tierra firme, que permitirán a Honduras tener un Canal Seco propio, producto del sistema logístico construido en la Administración Hernández.
El tratado ratifica el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, de 1992, al reconocer los espacios marítimos de Honduras y Nicaragua en la Bocana del Golfo y en el Pacífico.
El acuerdo de límites fue suscrito en Managua el 27 de octubre de 2021 por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su homólogo de Honduras, Juan Orlando Hernández, y es un instrumento que permite un ambiente de paz y favorece el desarrollo del Golfo de Fonseca.
La Asamblea Nacional de Nicaragua ya ratificó el tratado, mientras que el Congreso Nacional de Honduras todavía no lo ha hecho, aunque el presidente Hernández ha pedido a ese poder del Estado que lo apruebe.
“Hoy llamo a todos los hondureños, y particularmente al Congreso Nacional de la República, a que los 128 diputados hagan patria votando unánimemente por ese tratado que por décadas hemos venido trabajando los hondureños y que finalmente logramos que Nicaragua reconociera que ese derecho nos asistía siempre”, expresó el mandatario el 10 de diciembre pasado.
Después de que el Tratado Integracionista del Bicentenario sea ratificado por los congresos legislativos de Honduras y Nicaragua, deberá ser enviado a la Secretaría de las Naciones Unidas para que este sea registrado y que la soberanía hondureña quede firme.
Beneficios del acuerdo
El tratado está acorde a la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de 1992 y en la práctica obliga a El Salvador a continuar las negociaciones de los espacios marítimos de la Bocana del Golfo de Fonseca y el Océano Pacífico.
Asimismo, derivará en una mayor área de pesca industrial para esa industria hondureña, que generará empleos para la población.
De igual modo, el acuerdo busca establecer buenas relaciones entre las fuerzas navales de Honduras y Nicaragua.
El Tratado Integracionista del Bicentenario ratifica el fallo de La Haya de 1992, al reconocer los espacios marítimos de ambos países en la Bocana del Golfo y en el Océano Pacífico. Los dos países tienen delimitados los espacios en la línea de cierre de la Bocana donde ejercen soberanía.
Este tratado reafirma la soberanía nacional y reconoce los espacios marítimos que le corresponden a Honduras en el Pacífico.
Los pescadores hondureños podrán faenar bajo la soberanía nacional tanto en el Golfo de Fonseca como en aguas abiertas del Pacífico, y organizarse y crear capacidades para salir a faenar en mar abierto en el Océano Pacífico, lo cual garantizará empleos para un amplio sector de la población.
Honduras puede desarrollar su industria costera y económica, lo que también abrirá un camino de oportunidades de empleo para la población que vive en los alrededores del Golfo de Fonseca, que sería la más beneficiada con los proyectos de desarrollo.
El tratado promueve la paz en la región y asegura el desarrollo y prosperidad del Golfo de Fonseca. Pueden hacerse proyectos de desarrollo en el Golfo con participación de otros países.
El acuerdo permitirá concretar la estrategia logística que Honduras ha venido desarrollando para enfrentar el futuro de una manera competitiva con la visión de convertirse en Centro Logístico regional y del continente.
Permitirá alcanzar paz, desarrollo, crecimiento económico y prosperidad en las comunidades costeras con el Plan de Desarrollo Sustentable del Golfo de Fonseca, que significa generación de empleos dignos para la población a través de la ejecución de obras de infraestructura y otras iniciativas.
El tratado impulsará el desarrollo de Amapala para convertirse en un puerto igual o más competitivo de lo que es actualmente Puerto Cortés, lo que contribuirá al desarrollo de Honduras y la región centroamericana.
El desarrollo de Amapala se complementará con la estrategia logística implementada en el país, como el Canal Seco, el aeropuerto de Palmerola, Puerto Cortés e incluso Puerto Castilla, facilitando la unión del Atlántico con el Pacífico con menos de 400 kilómetros.
Además, se complementará con la construcción de un puente desde la comunidad de Coyolito hasta la Isla del Tigre, como parte de la estrategia logística que debemos considerar para desarrollarnos competitivamente.
El acuerdo generará el aprovechamiento de los recursos en el Mar Territorial y Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Honduras en el Océano Pacífico.
Asimismo, Honduras puede formar parte de las organizaciones y asociaciones económicas y comerciales del Pacifico.
Llamado a El Salvador
El tema del Tratado Integracionista del Bicentenario fue de especial énfasis en el contexto de la toma de posesión, el lunes en Managua, del presidente Ortega, acto al que asistió el gobernante hondureño.
Ambos mandatarios reiteraron su voluntad de que el Golfo de Fonseca sea un espacio equitativo, de desarrollo y de paz, y reiteraron el llamado a El Salvador para sumarse al tratado de límites como país ribereño.
“Desde el 2014, mi Gobierno ha trabajado por la paz y el desarrollo en torno al Golfo de Fonseca. Alentamos a El Salvador a apoyar el tratado Bicentenario firmado por Honduras y Nicaragua -en lugar de duplicar su ejército, adquirir nuevas armas, y tratar de dividir a sus vecinos”, expresó Hernández en un mensaje en sus redes sociales.
Por su parte, Ortega manifestó en su discurso de toma de posesión que “aquí tenemos las puertas abiertas para que el Gobierno salvadoreño se siente a negociar con nosotros y les podemos explicar (los beneficios) y estamos dispuestos a escucharlos, porque aquí lo que hemos hecho es cumplir lo que manda la Corte Internacional de Justicia”.