Con petardos, morteros, monigotes, juegos pirotécnicos y “pachangones” fue celebrada la despedida del 2021 en cada rincón de Honduras, en especial, barrios y colonias de Tegucigalpa y Comayagüela.
Los hondureños quemaron decenas de monigotes repletos con artefactos de pólvora al llegar la medianoche pese a la prohibición municipal.
Las hogueras y la gran “tronazón” imperaron por varios minutos entre el sonido de fiestas con reguetón, merengues, rancheras y música de banda que se han convertido en el repertorio de jóvenes y adultos.
El cielo de Tegucigalpa y Comayagüela se iluminó con fuegos artificiales, la noche del 31 de diciembre, porque los capitalinos se despidieron de los 365 días del 2019, para darle la bienvenida al año 2020.
Al llegar las 12:01 de la noche, las bengalas se observaban como estrellas fugaces y las altas detonaciones hicieron fondo a la música tradicional y festiva que ameniza la celebración en su punto alto de emotividad y alegría.
Los festejos se extendieron de hogar en hogar, con el cálido compartir entre familiares y amigos, la nostalgia por los ausentes y la esperanza en el porvenir de las nuevas generaciones.
Con el derroche de pólvora, que duró a aproximadamente 20 minutos, luego se observó una densa capa de humo en el cielo de Tegucigalpa. Las calles también se veían copadas, no solo de humo, sino de desperdicios de papeles que quedaban de los cohetes al explotar.
En los cuatro puntos cardinales del territorio hondureño hubo festejos. Comayagua, Choluteca, Danlí, Juticalpa, Santa Rosa de Copán, San Pedro Sula, El Progreso, Tela, La Ceiba y Roatán, fueron algunas de las ciudades donde más duraron las fiestas este 1 de enero.
La presidenta electa Xiomara Castro de Zelaya y su familia se sumaron a la celebración entre la esperanza de un mejor año venidero para los hondureñps.