La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) hizo un llamado a los gobiernos de Estados Unidos, México y de Centro América para hacer frente a la crisis humanitaria que viven los inmigrantes de los países del Triángulo Norte en su camino hacia Estados Unidos huyendo de la violencia, según su más reciente informe publicado la semana pasada.
MSF exhorta a los países de la región a que “amplíen rápidamente la implementación de las medidas de protección legal para las personas que huyen de la violencia en los países del Triángulo Norte de Centroamérica” (Honduras, Guatemala y El Salvador). Entre esas acciones está concederles asilo, visados humanitarios y protección temporal, dice el informe.
“En la región del Triángulo Norte de Centro América, el trauma, el miedo y una violencia cruel marcan la vida cotidiana de millones de personas”, dice el informe.
La gran mayoría de los casi 500.000 inmigrantes que entran a México cada año huyendo de la violencia, según ACNUR, provienen del Triángulo Norte. El 92,2% de los inmigrantes y refugiados que atendió Médicos Sin Fronteras, “sufrieron un evento violento en su país o durante la ruta a través de México”, dice el reporte.
La encuesta de MSF fue realizada en 2015 entre 467 inmigrantes y refugiados que atendió en sus instalaciones en México; además entre 2015 y 2016, recopiló datos médicos en las clínicas en las que hace presencia en ese país.
El Triángulo Norte no se diferencia de un país en guerra’
La organización humanitaria asegura que la violencia en el Triángulo Norte “no es diferente de la que se vive en un país en guerra”.
“Se asesina con impunidad, los secuestros y la extorsión son cotidianos, las bandas criminales propagan la inseguridad y reclutan por la fuerza a individuos para engrosar sus filas, y la violencia sexual se utiliza como una herramienta de intimidación y control”, dice el reporte.
Esto coincide con un informe de Amnistía Internacional de 2016 llamado ¿Hogar dulce hogar? que también deja en evidencia una crisis de refugiados en esta región. Amnistía dice que a pesar de la reducción de los niveles de violencia en el periodo posterior a la conclusión de los conflictos armados en Centroamérica en la década de 1990, “en el último decenio las pandillas y la delincuencia organizada han convertido el Triángulo Norte en una de las subregiones más peligrosas del mundo”.
Datos del Banco Mundial sobre los países con más homicidios por cada 100.000 habitantes ponen a Honduras (1), El Salvador (2) y Guatemala (7) en la lista de los más violentos del mundo.
La fuerte situación de inseguridad en la región es reconocida por las autoridades que en noviembre de 2016 lanzaron la Fuerza Trinacional contra las pandillas que se encarga de combatir a esos grupos delictivos y el narcotráfico, informaron los mandatarios de los tres países.
Esa fuerza tiene como objetivo mejorar el control migratorio, reforzar la presencia en los puntos ciegos e intercambiar información de inteligencia para hacer frente al crimen organizado que azota la región.
Sin embargo, el reporte hace una dura crítica a los gobiernos locales pues, dice, “fracasaron a la hora de garantizar la asistencia y protección de la población que huye de la violencia”, pues “no están respondiendo a las necesidades de la población forzada a huir de los países de esa región, ni garantizando el respeto de su derecho a la asistencia y a la protección”.