El crecimiento económico para 2021 se ubicaría entre 8.0% a 9.0%, comportamiento atribuido principalmente al incremento de las exportaciones, debido al fortalecimiento de la demanda de los principales socios comerciales,
según la nueva revisión del marco macroeconómico para 2021 y 2022 efectuado por el Banco Central de Honduras (BCH) a fin de adaptarlo a la coyuntura reciente, la cual muestra una mayor recuperación económica en relación a lo esperado en la revisión del Programa Monetario de julio de 2021.
Favorece el mayor gasto del sector privado (consumo e inversión) por el aumento en el ingreso de los hogares y empresas, como consecuencia del mayor flujo de remesas familiares respecto al esperado, la recuperación parcial de los empleos formales, el avance en el proceso de vacunación, así como por la adaptación de las actividades económicas a las medidas sanitarias.
De igual forma, el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) a septiembre de 2021, muestra que la mayoría de actividades económicas han alcanzado niveles superiores a los registrados previo a la pandemia, con excepción de Agricultura, Transporte y Comunicaciones, así como Hoteles y Restaurantes.
En este sentido, las actividades que muestran una mayor contribución en el crecimiento para 2021 son: “Industria Manufacturera” que se ha visto favorecida por la mayor demanda externa de prendas de vestir y arneses de uso automotriz; “Intermediación financiera” influenciada por el incremento en la capacidad de pago de las empresas y hogares, lo que ha generado una recuperación del crédito al sector privado; y “Comercio” derivado del mayor dinamismo de la actividad económica internacional y nacional.
En lo referente al sector externo, se prevé un incremento para ambos años en las exportaciones de mercancías generales (café y aceite palma) y bienes de transformación (prendas de vestir y arneses) en relación a las estimaciones previas, influenciadas por la mayor demanda externa observada y por mayores precios internacionales de materias primas.
Asimismo, se espera un mayor flujo de remesas familiares, al reflejar tasas de crecimiento históricas superiores al 30.0%. No obstante, se espera un aumento en las importaciones de bienes y servicios, asociado al mejor desempeño de la economía doméstica, así como al incremento en los costos de los servicios de transporte marítimo de bienes (fletes).
Como resultado de lo anterior, se revisaron al alza las estimaciones del déficit en cuenta corriente para 2021 y 2022, contribuyendo a una acumulación de reservas internacionales que permite alcanzar una cobertura igual o superior a 7.5 meses de importación de bienes y servicios.
En lo concerniente al comportamiento de las variables monetarias, se estima un menor crecimiento para los depósitos totales, atribuido a la moderación observada en su ritmo de crecimiento, a medida se fortalece la actividad económica y se reduce el ahorro precautorio de los hogares y empresas, dada la menor incertidumbre derivada de la pandemia.
Por otro lado, el crédito al sector privado ha denotado recuperación, mostrando a septiembre del presente año un crecimiento interanual de 7.3%, congruente con la reactivación económica. Es así, que se revisaron al alza sus estimaciones de crecimiento para 2021 y 2022, en línea con el mejor desempeño económico esperado y la reducción de la incertidumbre de los agentes, lo que generaría mayores necesidades de refinanciamiento y solicitud de créditos nuevos.
Por su parte, la inflación interanual se situó en 4.65% en octubre de 2021 (3.65% en octubre de 2020), repunte explicado principalmente por el aumento en los precios internacionales de los combustibles, el incremento de algunos alimentos industrializados y perecederos, debido a los mayores costos internacionales de producción y comercialización dado los obstáculos que enfrentan las cadenas de suministro a nivel mundial; así como por la recuperación de la demanda agregada.
En este sentido, los pronósticos de corto y mediano plazo de la inflación indican una trayectoria levemente superior a la prevista en julio de 2021; no obstante, se mantendría cercana al punto medio del rango de tolerancia para cierre de 2021 y 2022 (4.0% ± 1.0 pp), al considerar que los choques de costos se estarían reduciendo para 2022.
Al evaluarse el escenario base de proyecciones, la Autoridad Monetaria ha mantenido un impulso monetario, orientado a proveer suficiente liquidez al sistema financiero con el propósito de apoyar el canal del crédito, sin poner en riesgo su objetivo principal de mantener una inflación baja y estable.
Por lo anterior, en la medida que el crédito muestra una recuperación, prevé retirar parte de los excesos de liquidez que se han generado este año (consecuencia de los mayores flujos de remesas recibidos) a través del incremento gradual del monto ofrecido en la subasta diaria y estructural.
Finalmente, el Directorio del BCH reafirma su compromiso de analizar periódicamente la coyuntura y perspectivas del contexto nacional e internacional, adecuando su conducción de política monetaria con el fin de mantener niveles de liquidez del sistema financiero congruentes con la estabilidad de precios.