Un total de 15 masacres con más de 50 muertos registra el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en lo que va del año en las diferentes ciudades del país.
Entre las observaciones, se alerta sobre la gran cantidad de jóvenes ultimados en este tipo de homicidios múltiples con al menos tres decesos en cada episodio y la alta incidencia en sectores rurales que antes eran considerados como pacíficos.
Los patrones se repiten con hombres armados que bajan de automóviles rápidos fuertemente armados que se hacen pasar por policías y disparan sin miserocordia contra grupos que comparten en solares, calles y avenidas.
Por su parte, la Policía Nacional, justificó que un 62.8 por ciento de los crímenes que se registran en Honduras son por problemas de convivencia, en zonas rurales y urbanas, disputas entre familias, vecinos, peleas de herencias.
Sin embargo, investigadores reconocen que existe mutación del crimen organizado, por lo que continúan desarrollando nuevas estrategias para contrarrestar ese flagelo en Honduras donde se ha identificado el 20.5 por ciento de homicidios.
Los datos fueron revelados por el inspector general de la Policía Nacional, comisionado José Jair Meza, quien además aseguró que los grupos criminales buscan evadir las autoridades migrando a zonas donde no hay incidencia delictiva.
“El 62.8 por ciento de los homicidios se dan por el 20.5 por ciento, es producto del crimen organizado y el 16.7 por ciento restante por causas indeterminadas y en proceso de investigación”, expuso Meza.
En ese sentido, Meza refirió que en los últimos seis años el descenso en los homicidios ha tenido una tendencia constante a la baja, sin embargo, tras las emergencias climáticas, y la sanitaria ocasionada por el COVID, han marcado “un leve ascenso en las actividades ilícitas en Honduras”.
Los delitos como el secuestro, el tráfico de drogas han sido los delitos de mayor impacto que reflejan más reducción en los últimos años.