El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) reveló en el informe «Seguimiento a la compra del hospital móvil de Tegucigalpa, adquirido por Invest-H», múltiples fallas que se detectaron en las diligencias investigativas.
Tras una visita que el CNA realizó en enero, un equipo técnico del Hospital Escuela que acompañaba la inspección detectó que la UCI del hospital modular «no reúne las condiciones necesarias» para la atención de un paciente con las complicaciones que este presente, como producto del covid-19, señala el informe del CNA.
«El espacio que existe de una cama no es el sugerido para el procedimiento de atención a pacientes, asimismo, es lamentable saber que no existe una instalación de lava manos para uso del personal de salud que se encuentra atendiendo los pacientes; situación que incumple con las medidas de bioseguridad, además de conocer que los flujos de aire contaminados no son tratados correctamente», indica el documento.
También hay fallas en la climatización para el tratamiento de pacientes. Se han implementado las salas de presión negativa, para contener la propagación del Covid-19; pero además de disminuir la presión atmosférica, se debe asegurar la renovación continua del aire y su respectivo filtro para que elimine partículas infecciones.
El hospital móvil de Tegucigalpa cuenta con un sistema VRF y MP-AHU para generar la presión negativa, pero según las pruebas que se realizaron, este equipo no lograba llegar a una temperatura adecuada en los contenedores en los que están ubicados. Por lo cual, como solución rápida, se colocaron aires acondicionados de 30 mil BTU que trabajan mediante recirculación de aire y que hacen todo lo contrario a lo que se requiere en un espacio de alto contagio.
En el extenso informe se enumera 37 fallas en infraestructura, entre esas el agua potable, climatización, distribución física y energía eléctrica.
Por ejemplo, en su infraestructura presenta oxidación y un alto nivel de corrosión en su parte externa y principalmente en su parte inferior.
El acceso principal al hospital, así como el acceso al área de choque, se encuentra totalmente a la intemperie. «En los meses de lluvias intensas será complicado el ingreso de los pacientes, por lo que es necesaria la construcción de una cubierta externa, la cual tiene como fin ser ese espacio en el que se realice la transferencia de camillas de la ambulancia a las del hospital», agrega el informe.
Uno de las falencias en cuanto al agua potable es que la cantidad del reservorio de agua dura para 10 días máximo, contemplando que cada paciente requiere entre 40 a 60 litros de agua diario para en el proceso de su pronta recuperación.
Sobre la climatización «se identificó una deficiencia altamente crítica con el sistema de climatización, porque está adaptada con unidades de aire acondicionados tipo mini-split de 36,000 BTU. Esta unidad está mezclada con el sistema de climatización central que trae de fábrica los módulos del hospital, donde al momento de realizarle una inspección, se pudo detallar que este sistema central no funciona para el enfriamiento al interior del contenedor y se considera como un error no permisible», expresa el CNA.
Esta falla es peligrosa porque producirá que el aire recircule efectuando la proliferación del virus en todos los espacios al interno, inclusive al externo del hospital modular; por esta razón, se expone a un alto riesgo de contagio tanto al personal de salud, a los pacientes en estado de recuperación, al personal logístico y a las personas circunvecinas.
Pero también se detectaron fallas en un tema vital como es la energía eléctrica. El hospital móvil de la capital no cuenta con UPS, lo que representa vulnerabilidad en todos los equipos, tanto la central de aire médico, equipos de laboratorio y módulos hospitalarios.