En Honduras los asesinatos de los ambientalistas Félix Vásquez y Adán Mejía, y el periodista Pedro Canelas, perpetrados este diciembre siguen impune.
El indígena tolupán Adán Mejía fue asesinado el pasado martes 29 de diciembre por hombres desconocidos que lo interceptaron en la calle cuando regresaba de su milpa en el municipio de Morazán, departamento de Yoro, norte del país.
Mientras Félix Vásquez fue atacado el pasado sábado por hombres armados que ingresaron por la fuerza a su vivienda en la aldea El Ocotal, del municipio de Santiago de Puringla, departamento central de La Paz.
Vásquez, quien era precandidato a diputado por una corriente del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), que coordina el depuesto expresidente hondureño Manuel Zelaya, había denunciado en octubre pasado amenazas de muerte, sin embargo, las instituciones y autoridades del Gobierno no lo tomó en cuenta.
El periodista Pedro Canelas, propietario de Radio Bambi y presentador del noticiero Correo Informativo, fue asesinado el 9 de diciembre en el municipio de Dulce Nombre de Culmí, departamento de Olancho, oriente.
Canelas, el cuarto periodista muerto este año en Honduras, falleció en un hospital de Olancho después de que un hombre que circulaba en motocicleta le disparará.
En un comunicado de la Presidencia, el Gobierno de Honduras condenó las muertes de Vásquez, Mejía y Canelas, y lamentó “la magnitud y la trascendencia que estos hechos representan para la institucionalidad del país”.
Asimismo, el documento señala que la Secretaría de Seguridad tiene “investigaciones avanzadas para dar con los responsables de estos crímenes”, sin embargo, la población y familiares de las víctimas no miran los resultados.
Honduras es uno de los países más peligrosos para los defensores del medioambiente y de la tierra, según informes de Amnistía Internacional y la organización no gubernamental Global Witness.
El cuestionado Gobierno hondureño también expresó “su solidaridad” con las familias de las tres víctimas y sus comunidades.