Un niño de dos años resultó con su cuerpecito quemado en un 30 por ciento al caer accidentalmente en agua hirviendo con nacatamales, en un descuido de sus padres, en La Ceiba, departamento de Atlántida.
El infante fue remitido en estado de gravedad al Hospital del Niño Quemado en Tegucigalpa con complicaciones renales y conectado a un ventilador mecánico.
Con este nuevo ingreso se elevan a 16 la cantidad de menores afectados por pólvora, flama y líquidos calientes en diciembre, entre ellos, confirmaron autoridades de la Fundación Hondureña para el Niño Quemado (Fundaniquem) en Tegucigalpa.
La sala está colapsada en un 114 por ciento y aun faltan días cuando generalmente se disparan los saldos trágicos con la quema de pólvora durante celebraciones de año viejo.
La mayoría de pacientes proceden de Olancho, Guaimaca en Francisco Morazán, La Mosquitia, Copán y Comayagua, entre otros.