Disputas, odio, pleitos y enemistades resquebrajan núcleos familiares en Honduras durante 2020 hasta terminar en la comisión de parricidios o tramas orientadas a hacerle daño a personas que en determinado momento eran considerados como seres queridos.
El fenómeno anormal preocupa a religiosos, sicólogos y sociólogos ante casos de hermanos que matan a sus hermanos, esposos que deciden atentar contra cónyuges y padres que le quitan la vida a sus hijos.
Lamentablemente, el odio, la venganza y disputas de herencias han causado grietas o hendiduras de luto y dolor en el vínculo familiar, de acuerdo a casos recientes investigados por equipos policiales donde el principal sospechoso de un crimen es un pariente cercano.
Tétricos sucesos se registran en una temporada navideña que generalmente es aprovechada para fortalecer la unidad, reconciliación y la armonía en la familia.
En un hecho reciente, en ejecución a una orden de captura, agentes de la Policía Nacional capturaron a una joven sospechosa del delito de parricidio en perjuicio de su recién nacido.
La acción policial fue realizada por parte de funcionarios de la Dirección Policial de Investigación (DPI ), con el apoyo de agentes de la Dirección Nacional de Prevención y Seguridad Comunitaria (DNPSC), y Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE), asignados a la Unidad Departamental de Policía 7, Danlí.
La sospechosa de 22 años, es originaria de Liure, y residente en la aldea Las Vegas de Guambuco, de esa jurisdicción.
Según información proporcionada por agentes de la Unidad de Delitos Contra la Vida de la DPI, el hecho habría ocurrido el pasado 29 de junio del presente año, lugar en donde la persona capturada le habría quitado la vida al infante.
Días antes, tribunales de justicia ordenaron detención judicial contra una hermana acusada de planificar el secuestro y muerte de una hermana, tras recibir una fuerte cantidad de dinero a cambio de la liberación que nunca se concretó.
También trascendió la muerte violenta de un profesional del derecho a manos de sicarios con sospechas de una trama de muerte supuestamente planificada por su esposa.
Otro baño de sangre alarmante ocurrió en la zona central de Honduras donde cuatro miembros de una familia fueron acribillados por un yerno. Posteriormente el homicida fue abatido a balazos por un pariente de las cuatro víctimas.
La problemática se agudiza y causa preocupación cuando un sector de la población ve como “normal” este tipo de tragedias, incluso justifican los atentados que se originan de disputas, pleitos y enemistades.
A criterio del pastor evangélico Francisco Álvarez la causa principal de “muerte y corazones entenebrecidos” se origina en familias que se han apartado de Dios.
“La palabra de Dios es clara donde dice y tanto aumentará la maldad que el amor de muchos se enfriará”, expuso Álvarez.
“El Señor no sólo manda que seamos reconciliados con nuestro hermano, pariente cercano y el prójimo, sino también que lo hagamos rápidamente”, concluyó.