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El vicepresidente del Congreso Nacional, Dennis Castro, aseguró que la mascarilla salvará de morir por COVID-19 a por lo menos 25,000 hondureños en el cercano futuro.
De acuerdo al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) al 20 de diciembre se registran 117,022 casos de COVID-19, 54,267 recuperados y 3,027 fallecidos.
Autoridades de Sinager insisten en que la población debe aplicar las medidas de bioseguridad como el uso de la mascarilla, lavado de manos y distanciamiento físico, para evitar contagiarse del virus.
En ese sentido, el parlamentario recordó que “yo presenté la iniciativa denominada la Ley de la Mascarilla y me costó un poco, porque incluso tuvimos que hablarle al presidente Juan Orlando Hernández y convencerlo para que nos apoyara en ese proyecto”.
Artefacto
“Si bien es cierto, han muerto por el COVID-10 más de 3,000 personas, pero la mascarilla salvará a no menos de 25,000 hondureños de fallecer a causa de esa enfermedad”, reiteró.
“Ahora, ese artefacto se ha vuelto tan popular y necesario que hasta en el pueblo más lejano del país, se mira a la gente protegiéndose y cubriéndose con su tapabocas, en gran medida gracias a la influencia de los medios de comunicación que han masificado las recomendaciones para que la gente utilice esa medida de bioseguridad en contra del coronavirus”, reconoció.
“De igual manera, otra de nuestras iniciativas es que se suspendiera el uso de los equipos biométricos con los que se toma el registro de huellas dactilares a los empleados y pasajeros, al menos por lo que dura esta pandemia, pero hay una institución que no ha acatado esa disposición y es el Instituto Nacional de Migración (INM)”, denunció.
“Este año he visitado Estados Unidos unas seis veces y ese país ya suspendió el registro de las huellas dactilares a los pasajeros que ingresan a esa nación por el peligro de contagio que representa su aplicación y sólo están tomando la fotografía”, puntualizó el galeno.
“No obstante, Migración de Honduras está haciendo todo lo contrario mientras que países como Costa Rica y Taiwán también suspendieron ese trámite de la huella dactilar”, afirmó el médico forense.
“Esta población ha sido lo suficientemente bombardeada en cuanto a la necesidad de usar las medidas de bioseguridad, pero muchos por su propia testarudez se han metido en problemas, pues estaban convencidos que no era para tanto la emergencia”, finalizó.
