Un fin de semana trágico reportaron autoridades policiales con la muerte violenta de al menos tres mujeres en diferentes sectores del país, engrosando la cadena de feminicidios que quedan en la impunidad
Uno de los hechos sangrientos repudiables se registró en la comunidad de Chiquila, municipio de Macuelizo, Santa Bárbara, donde una adolescente de 16 años fue ultrajada sexualmente y posteriormente ultimada con extrema saña.
La muchacha fue invitada a una fiesta bailable por amigas, pero a la salida fue raptada por desconocidos que cometieron el delito.
También se reportó la muerte violenta de una joven ultimada a balazos en la colonia Los Encinos, municipio de Guaimaca, al norte de Francisco Morazán.
La fallecida, Ingrid Vanesa Borjas Vargas, de 20 años, se encontraba sentada en un mueble en la sala de su casa, junto a su pequeño hijo, de repente ingreso un sospechoso portando una pistola y le disparó frente a su pequeño.
Mientras, una mujer murió a manos de su compañero de hogar, que según el reporte policial, cegado por los celos la mató a balazos en Santa Rosa de Copán, zona occidente de Honduras.
La joven Medary Caballero de 37 años presentaba heridas de bala en su cadera, que le dañaron órganos internos vitales, provocándole la muerte al instante. Tras el hecho violento el parricida se dio a la fuga con rumbo no identificado.
En Honduras hasta el 27 de noviembre del 2020 se registran 247 muertes violentas de mujeres según un monitoreo publicado por el Centro de Derecho de Mujeres (CDM). Los departamentos con mayor número de muertes son Cortés, Francisco Morazán y Olancho.