De 100 homicidios que se registran en Honduras, apenas 14 son investigados y sancionados, eso significa una impunidad de un 86 por ciento, alertó ayer la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
El director ejecutivo de esa asociación, Carlos Hernández, sugirió fortalecer las capacidades de investigación ante los índices de criminalidad y que los actos violentos no queden en la impunidad.
“Es una situación grave, por ende, debe hacerse un análisis del fenómeno criminal y tomar decisiones con evidencias para poder revertir la situación”, urgió.
Según Hernández, las causas de muertes violentas son las diferencias interpersonales, en donde al parecer “los hondureños no estamos aprendiendo a resolver nuestros conflictos a través del diálogo, sino mediante la violencia, y eso es lamentable”.
“Ahora que se están reabriendo las ciudades, ojalá que la violencia no se incremente exponencialmente, debido a que el costo de los homicidios para el Estado de Honduras es bastante alto”, indicó el director de la ASJ.
Hasta agosto pasado, las autoridades de seguridad reportaron 2,187 muertes violentas
una reducción de 16.6 por ciento, en parte con las restricciones para evitar la propagación de la pandemia. Esta cifra es inferior en 437 casos a los 2.624 asesinatos contabilizados en el mismo periodo del año pasado.
Los tres sectores más violentos del país son: San Pedro Sula y Choloma en el departamento de Cortés y el municipio del Distrito Central, Francisco Morazán.