El presidente Juan Orlando Hernández rechazó “contundentemente” los señalamientos sobre que Honduras sea un narco-Estado y reiteró su compromiso de seguir luchando frontalmente contra el narcotráfico y el crimen organizado.
El jefe de Estado abordó el tema en un mensaje a la nación, debido a los señalamientos que ha hecho la Fiscalía estadounidense durante el juicio contra su hermano Juan Antonio Hernández en una corte de Nueva York.
“Rechazo contundentemente, en nombre del pueblo hondureño, los injustos y falsos señalamientos de que Honduras es un Estado que patrocina el narcotráfico o es un narco-Estado”, subrayó el presidente Hernández.
“Reitero mi rechazo total en nombre de todo el pueblo hondureño al señalamiento que nuestro país es un narco-Estado, porque los avances en la lucha contra este flagelo han sido hechos y no palabras, reconocidos y aplaudidos internacionalmente”, destacó el gobernante.
“Y por eso mantengo mi compromiso y convicción de seguir luchando de frente contra el crimen organizado en todas sus formas, pese a las consecuencias que en lo personal y en lo familiar tenga que afrontar, porque los hondureños me eligieron para ser su Presidente con un mandato firme, y esto no me va a detener en el cumplimiento y juramento que hice frente a todo un país, de hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño”, expuso el mandatario hondureño.
A continuación el discurso íntegro del presidente Hernández:
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Pueblo hondureño,
Como Gobierno y como Presidente hemos respetado el proceso legal de Estados Unidos contra el ciudadano Juan Antonio Hernández en muchas instancias, aceptando guardar el silencio para evitar cualquier percepción de una injerencia en el desarrollo del juicio.
Sin embargo, ahora que el proceso ha llegado a su fin, y el jurado está deliberando antes de emitir su veredicto, me permito dirigirme al pueblo hondureño y a la comunidad internacional en los siguientes términos:
Rechazo contundentemente, en nombre del pueblo hondureño, los injustos y falsos señalamientos de que Honduras es un Estado que patrocina el narcotráfico o es un narco-Estado.
Todo lo contrario, Honduras ha sido víctima del tráfico de drogas que se producen en el sur y se consumen en el norte. Es el país que ha puesto los muertos en esta sangrienta lucha provocada por esta actividad delictiva de los carteles.
Frente a esta realidad, nos comprometimos y hemos logrado convertir a Honduras en un territorio hostil para estos delincuentes, como lo expresó el embajador James Nealon en febrero de 2015, así como también lo han reconocido otras autoridades de Estados Unidos, como el Comando Sur, el Departamento de Estado, la DEA, que en varias ocasiones, de manera privada y pública, han felicitado a nuestro Gobierno, a las instituciones hondureñas, por su ejemplar lucha contra el crimen organizado.
Recalcamos que Honduras, lejos de ser un narco-Estado, es el país que pasó de ser el puente del 80 por ciento de las drogas que llegaban a Estados Unidos en el año 2011, a ser el país de Centroamérica donde menos droga transita, con solo el tres por ciento, esto afirmado no solo por autoridades hondureñas, sino por las mismas agencias de Estados Unidos que combaten las drogas.
Ahora, en el plano personal, como hermano de Juan Antonio, que enfrenta este proceso, y que veo el dolor y angustia de nuestra familia, de sus hijos, de mi madre, es una situación que no se la deseo a nadie.
Quiero aprovechar esta oportunidad para reiterar algo que le ofrecí al pueblo hondureño desde mi primer campaña presidencial en el año 2012, que es luchar de frente en contra del crimen organizado en todas sus formas; lo he cumplido y lo seguiré cumpliendo.
No nos van a detener en nuestra lucha por hacer lo que tengamos que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad de nuestro pueblo.
También desde aquel momento fui claro: sobre los familiares, amigos, correligionarios o allegados, dije: que no vengan a pedirme favores al margen de la ley, y que cada uno es responsable por sus actos. No lo he hecho, ni nunca lo haré. Esa es otra promesa que mantengo frente al pueblo hondureño.
Como lo he dicho repetidamente, nadie está por encima de la ley, pero también nadie puede ser condenado de antemano sin ser vencido en juicio. El estado de inocencia es un principio fundamental de la justicia.
Es por lo anterior que en el primer momento que iniciaron los rumores sobre mi hermano le pedí a Juan Antonio que fuera a presentarse y diera la cara ante las autoridades de los Estados Unidos.
Para ese fin, le solicité al entonces embajador de Estados Unidos en Honduras, James Nealon, gestionara la cita ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sin pedir ninguna condición o garantía para mi hermano.
Confiamos en que la justicia va a prevalecer en este juicio, y que el jurado tendrá la capacidad de diferenciar entre la verdad y las muchas mentiras de los narcotraficantes, quienes, a pesar de ser criminales y asesinos confesos, con afán de vengarse de quienes los han perseguido y, sobre todo, buscando rebajar sus penas, recibir beneficios para sus familias y protección de parte de sus bienes adquiridos a costa de la sangre de muchos hondureños, han servido como testigos en la fiscalía de Nueva York.
En lo que a mí se refiere directamente, hemos oído tantas mentiras, TAN evidentes.
Por ejemplo, encontraron una foto de un arma con mi nombre, y el narcotraficante y asesino confeso Ardón juró que vio el arma en la mano de mi hermano en el año 2013. Primero, el arma entró al país hasta dos años después, el 19 de diciembre del año de 2015, y segundo, desde ese momento se encuentra en custodia en Guardia de Honor Presidencial.
Al pueblo hondureño le hago una pregunta: ¿Por qué creen que estos delincuentes salieron huyendo del país para entregarse y negociar acuerdos con autoridades norteamericanas? Eso lo hicieron -como reconoció la Embajada de Estados Unidos- porque nuestro Gobierno, las autoridades hondureñas, hemos convertido a Honduras en territorio hostil para los narcos.
Sabían que si se quedaban en Honduras iban a ser capturados y no iban a tener posibilidad de llegar a ninguna negociación que les asegurara penas leves, que les regresaran sus bienes o beneficios para su familia. La prueba son los más de 24 extraditados y otra docena que se entregaron a los Estados Unidos.
Esos delincuentes, que eran amos y señores de regiones enteras del país, no iban a tomar esa decisión tan radical si no hubieran estado seguros que su tiempo había terminado y no iban a poder negociar nada, y además fracasaron en múltiples intentos de quitarme la vida.
En ese sentido, reafirmo que es falso que he recibido o aceptado dinero de estos delincuentes.
Reitero mi rechazo total en nombre de todo el pueblo hondureño al señalamiento que nuestro país es un narco-Estado, porque los avances en la lucha contra este flagelo han sido hechos y no palabras, reconocidos y aplaudidos internacionalmente, y por eso mantengo mi compromiso y convicción de seguir luchando de frente contra el crimen organizado en todas sus formas, pese a las consecuencias que en lo personal y en lo familiar tenga que afrontar, porque los hondureños me eligieron para ser su Presidente con un mandato firme, y esto no me va a detener en el cumplimiento y juramento que hice frente a todo un país, de hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño.
¡Dios bendiga a Honduras!