El Barcelona logró sumar su séptima victoria consecutiva tras un difícil partido ante el Leganés, que llegó a empatar el partido. Pero la brillante aparición de Leo Messi desde el banquillo terminó por resolver el encuentro a favor de los azulgrana. Él provocó la llegada del segundo gol y él firmó el tercero.
El primer tiempo había estado protagonizado por Dembélé, magnífico, el líder de su equipo en ataque, autor del primer gol tras una jugada coral en un partido bien trabajado por los locales. En su mejor momento de forma y tras un mal gesto al intentar despejar un balón, el francés se hizo daño en la rodilla y el tobillo de la pierna izquierda. Tuvo que dejar el campo lesionado. Su salida, obligada, dio paso a Messi, que revolucionó un poco más a los suyos y puso en bandeja un balón para Suárez tras un rechace. El delantero marcó tras un remate en el que se reclamaba falta en ataque. El árbitro no lo consideró y tampoco el VAR estimó que hubiera ninguna acción que reclamar.
El conjunto de Mauricio Pellegrino, el único técnico en La Liga que se había impuesto a este Barcelona con dos equipos distintos –también con el Alavés– llegaba, en cambio, en un momento delicado. De los últimos siete encuentros, solo ha ganado uno, cinco (con siete empates y ocho derrotas) en el total de la competición. Tampoco en este pudo cambiar su mala racha, aunque puso en dificultades al equipo de Valverde.