VENEZUELA.- Nicolás Maduro resultó reelecto presidente de Venezuela, pero cayó derrotado ante su verdadero enemigo: la abstención.
Con un índice de participación de 48%, el más bajo de la historia democrática de Venezuela, Maduro ganó unos comicios que diseñó a su medida y que han sido catalogados como “ilegítimos” por los candidatos de la oposición.
Con 92.6% de los votos escrutados, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, anunció que Maduro tenía 5.8 millones de votos, mientras que su contendor más cercano, el opositor disidente del chavismo Henri Falcón, consiguió 1.8 millones de votos.
Según Lucena, en el proceso de este domingo votaron 8.6 millones de venezolanos, de un padrón electoral conformado por más de 20 millones de personas, lo que arroja una participación que no alcanza al 50%.
Abstención
Se trata del nivel de abstención más alto no solo de la historia democrática, que comenzó en 1958, sino que también es el más bajo que ha registrado el chavismo desde que figuró en su primera elección en 1999.
La victoria tiene un sabor amargo que compromete la legitimidad de una gestión que se extenderá por seis años más. Aunque aplastó a sus contrincantes opositores Henri Falcón y Javier Bertucci, el jefe de Estado fracasó en el intento de coronar su triunfo con una movilización masiva como la que prometió. La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a no sufragar en este proceso ante la ausencia de garantías, y más de la mitad del padrón electoral optó por no acudir a las urnas.
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