Una investigación realizada por especialistas apunta que los problemas mentales van en aumento en los departamentos de las zonas norte y occidental de Honduras.
En lo que respecta dicho estudio revela que particularmente Santa Bárbara, Yoro y Cortés son los de más incidencia.
En ese sentido, Santa Bárbara, los habitantes que presentan el mayor grado de trastornos.
Estos pertenecen a las comunidades de Trinidad, Macuelizo y Las Vegas.
En Yoro, se estima que el 70 por ciento de las personas atendidas en los municipios de El Negrito y Jocón, padecen problemas considerables de conducta.
Y en Cortes, los desequilibrios de conducta más pronunciados se presentan en San Pedro Sula.
Entre los habitantes de los barrios Medina, Sunseri, La Unión y del sector Rivera Hernández.
De acuerdo a las investigaciones a nivel nacional, el 35 por ciento de la población. Que corresponde a unos tres millones de personas, sufren de algún problema mental. Pero no todos reciben atención médica.
Posibles causas: pobreza, violencia, desempleo
Las mismas evaluaciones explican que el impacto más significativo lo ejercen los problemas psicosociales causados por un estado de vulnerabilidad frente a la pobreza. Además de la violencia, el desempleo y otros flagelos.
Las exploraciones científicas levantadas en este campo en 2014, dejaron al descubierto que un porcentaje en crecimiento de personas padece de trastornos afectivos como: la depresión generada por circunstancias personales o por la situación que atraviesa el país.
En segundo lugar son tratados los trastornos ansiosos que incluyen las fobias. Asimismo de reacciones que son derivadas de diversos eventos traumáticos con efectos de largo plazo.
Otro grupo de pacientes están diagnosticados con enfermedades psicóticas y un segmento más está compuesto por los farmacodependientes. Es decir, aquéllos que presentan problemas por el abuso de medicamentos.
En consecuencia las mujeres forman el sector poblacional mayormente afectado por los trastornos mentales. Adicionalmente se ha establecido que los pacientes con importantes niveles de desequilibrios o trastornos se encuentran entre 20 y 40 años de edad.