TEGUCIGALPA. En el marco del 1 de mayo día que se celebra el Día Internacional del Trabajo, muchos hondureños anhelan una oportunidad de trabajo, pues alrededor del 68% de la población no tiene una ocupación.
La realidad se refleja en al menos 2 millones de personas desempleadas y 1 millón adicional que está en el sub-empleo.
A muchos de estos los encontramos desocupados, personas con subempleo visible, personas con subempleo invisible, los potencialmente activos y a los desalentados.
En 2018, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, presentó un programa social que generaría 600,000 empleos entre 2016 y 2020, sin embargo hasta el momento se han generado alrededor de 100 mil empleos.
Esta fecha es propicia para cuestionarnos ¿Qué celebramos?, aunque no se puede desconocer que también está enmarcada en los logros que benefician al trabajador ¿y los que no trabajan? ¿Y los que tienen que migrar para buscar mejores oportunidades?.
Para el economista hondureño, Claudio Salgado “La falta de empleo en el país es un factor que por años ha impulsado el éxodo de hondureños hacia el extranjero, este comportamiento histórico es la única forma de escapar de la violencia y evadir la pobreza”
En tanto, para el coordinador del FOSDEH, Mauricio Díaz Burdett, el crecimiento de empleo que señala el gobierno es un empleo precario donde la mayoría gana menos del salario mínimo, el 80% de los hondureños que migran tienen empleo pero no es suficiente para sufragar sus necesidades.
Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mercado de la población económicamente activa está compuesta por las personas ocupadas y las desocupadas, dentro de los ocupados destacan los asalariados, cuenta propia y trabajadores no remunerados.
Los desocupados son todas las personas que en la semana de referencia no tenían empleo pero se encontraban buscando activamente y los que buscan trabajo por primera vez.
Historia del Día del Trabajador
Es una fecha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, quienes marcharon para que se establezcan mejores condiciones laborales y la jornada de las ocho horas de trabajo, vigente hasta hoy.
Las ocho horas de trabajo eran un reclamo que venía desde la primera mitad del siglo XIX, en el contexto de la revolución industrial, marcada por jornadas de hasta 18 horas, salarios bajos y condiciones laborales de semi-esclavitud. “Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa”, era la consigna de los trabajadores que exigían el cambio.
DATO
El 78.7 por ciento de la población en Honduras está en edad para trabajar. De ella, el 53.4 por ciento son mujeres y el 46.6 son hombres.