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Amapala es uno de los lugares más sorprendentes de Honduras, la única isla centroamericana que ha sido capital, fortín del pirata Drake en el siglo XVI y el principal puerto hondureño del Pacífico hasta principios del XIX.
La Isla del Tigre, en la cual se sitúa Amapala, es un volcán inactivo que alcanza 783 m. de altura.
Los turistas pueden darle una vuelta completa por una calle que también lleva a sus comunidades y a las playas.
Y al final del día, los atardeceres en el Golfo de Fonseca son un agazajo para los sentidos. No importa cuántas veces lo hayas visto, el ocaso desde Amapala queda indeleble en la memoria.
Amapala cuyo nombre, según varios investigadores, es de origen náhuatl significa “cerca de los amates”.
Historia
En 1522, el conquistador español Gil Gonzales Dávila, llega a tierras de Honduras, encontrando una isla, que por su configuración cónica y su ubicación en el centro del golfo, despertó su más vivo interés. Era la Isla del Tigre, a la cual dio el nombre de “Petronila” en honor de la hija.
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Por la década 70 del siglo XV, operó en esta isla un grupo de piratas al mando de Francis Drake. No obstante, alrededor del año 1579 los indígenas chorotegas o pojecas de la zona empezaron a llamarle “Tecuantepetl” o “Cerro del Tigre”. Ellos así calificaban a Drake y sus hombres como fieras salvajes y sanguinarios. El puerto de Amapala fue fundado el 17 de octubre de 1833.
En la actualidad, el municipio de Amapala cuenta con una población distribuida en 14 aldeas: Amapala, Coyolito, Guarolita, Los Langues, Playa Punta Novillo, Puerto Grande, San Carlos-El Garrobo, San Pablo, Playa Grande, La Pintadillera, Playa Negra, La Flor, El Zope y Punta Gorda.
Se registran 59 caseríos de la población rural y 7 barrios de la población urbana. En la isla hay un total de 11,484 habitantes.
