El presidente Juan Orlando Hernández destacó que, de acuerdo a los datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el presente año se podría cerrar con una tasa de entre 45 y 50 muertes por cada 100,000 habitantes.
En conferencia de prensa, en Casa de Gobierno, el mandatario alabó que “la tendencia de homicidios va a la baja”, mostró una gráfica con datos que ratifican el avance que ha tenido el país en seguridad y aseguró que “las cifras son sumamente positivas”.
Insistió el presidente Hernández en “que, de mantenerse la tendencia a la baja, a diciembre podríamos tener una tasa de entre 45 y 50 muertes por cada 100,000 habitantes”; en 2011, dicha tasa llegó a 86,5 por 100,000.
Eso significa –prosiguió- que “hemos avanzado por el camino bueno; falta mucho, claro que falta mucho, pero también quiero que los hondureños nunca olviden que, si no hubiéramos detenido esa alza en los índices de violencia, hoy estaríamos cerrando en 131 muertes por cada 100,000, lo que significaría solo en el año 2017 aproximadamente 1,000 personas perdiendo la vida”.
“Solo un mes de estos seis (del primer semestre) fue mucho más alto que el año pasado, fue el mes de febrero; el resto de los meses siempre hubo una diferencia positiva en términos de reducir los índices delincuenciales”, enfatizó.
Falta mucho
El titular del Ejecutivo expresó que “yo quiero afianzar que aún falta mucho; por eso tenemos que sostenernos en esta ruta para ir recuperando la paz y la tranquilidad del país”.
Pero en paralelo –manifestó- “quiero destacar que no solamente se logra esto (recuperar la paz y la tranquilidad) con la represión del delito; lo que nos va a ayudar de mediano a largo plazo es que exista una cultura en Honduras de lucha permanente contra la impunidad”.
Por eso –dijo- la detención de exservidores públicos que el Ministerio Público hizo este fin de semana “es un poderoso mensaje, porque quienes tienen que dar el ejemplo somos los servidores públicos”.
Pero por otro lado –señaló- también es importante entender que trabajar con los niños, con los adolescentes, con los jóvenes, con las familias en barrios y colonias es crucial para poder tener un nivel de convivencia que “nos genere ciudadanos de bien”.
“Por eso estamos invirtiendo en parques a lo largo y ancho de Honduras; por eso se ven recreovías, donde los niños salen con su compañerito, con sus vecinos, con sus padres” a divertirse, destacó.
Hernández agregó que “por eso se ve mucha inversión ahora, mejorando condiciones de escuelas, de colegios, para que allí podamos crear ese ambiente de paz y convivencia”.
Consideró que hay un enorme reto, que “ya lo estamos enfrentando, y es el tema de atacar el delito de violencia intrafamiliar; ese es uno de los delitos que más se está disparando en el mundo en los últimos años”.
“Tenemos que entrar a los hogares y para eso el programa Vida Mejor tiene la formación y la educación de la madre de familia a través del programa Mejores Familias”, acotó el mandatario.
Agregó que “los padres tenemos que estar cerca de los maestros, los líderes comunitarios también, llevar otra vez a las escuelas principios, valores, abrirlas a los líderes espirituales del país, sin mal entender el concepto del laicismo; eso es clave en un proceso de sanación que el país necesita”.
“Aquí las iglesias tienen que jugar un rol fundamental”, añadió.
Cambio dramático
El presidente Hernández destacó que la reducción de la violencia y los homicidios, particularmente este año, tiene que ver con el traslado de privados de libertad, principalmente desde San Pedro Sula, hacia las cárceles de máxima seguridad de El Pozo 1 y El Pozo 2, ubicados en Ilama (Santa Bárbara) y Morocelí (El Paraíso).
“Esto ha provocado un cambio dramático”, aseguró.
“Por eso le digo al pueblo hondureño -prosiguió-: ojo, ojo con este ambiente político para que el ciudadano decida quién le va a generar esa certidumbre de poder construir ese nuevo sistema carcelario”.
“La construcción de un nuevo sistema carcelario pasa porque el individuo que está privado de libertad no siga delinquiendo desde la cárcel”, indicó.
Hernández lamentó que quienes ahora están en la oposición, criticando la construcción de los nuevos centros carcelarios El Pozo 1 y 2, nunca hicieron nada cuando fueron figuras públicas, cuando era un secreto a voces que los presidios no solamente eran una escuela del crimen, sino un centro de planificación, centro logístico, centro distribución de droga; eso han sido los centros penales.
Advirtió el presidente Hernández que “yo por lo menos no me iba a quedar sin hacer nada, no soy de esa condición”.
“No tienen razón (los de la oposición) buscando regresar, a los que ya movimos a El Pozo 1 y 2, otra vez a San Pedro Sula y si eso quieren, nosotros no lo vamos a hacer; vamos a seguir construyendo El Pozo número 3 y 4 en lugares sumamente aislados del país. Esa es la ruta que estamos siguiendo”, finalizó.